Los estilos cambian, van y vienen y lo nuevo suele dejar atrás a lo de toda la vida. Lo clásico se lleva.
Queremos lo último, lo más nuevo y lo más moderno y para nuestra casa también. Y últimamente, lo clásico se lleva.
Los nuevos estilismos y las tendencias en decoración sin embargo están volviendo a tiempos pasados e intentando recuperar el encanto de los muebles de siempre, esos que hace unos años todo el mundo veía como armatostes viejos y desfasados.
Ahora no. Ahora el vintage y el retro nos están volviendo la vista atrás y nos están enseñando que con un buen color en la pared y unos detalles acertados podemos, con un conjunto de muebles clásicos, lograr un ambiente de lo más moderno y a la última, porque lo clásico se lleva.
Las paredes enladrilladas hacen que la estancia tenga un toque desenfadado, cálido y colocar algunos cuadros en cima del cabecero da personalidad a la habitación.
La alfombra es el toque perfecto para completar el estilismo. El color claro suaviza la visual de la estancia y aporta luminosidad.
Las camas con dosel han sido siempre un exponente del estilo clásico. Si combinamos el color de la habitación con el color de tus muebles hasta lo más clásico puede modernizarse. Incluye elementos de colores que nada tengan que ver con el de los tonos del mobiliario. Los turquesas, azules, verdes, violetas e incluso amarillos, en detalles como lámparas o jarrones para las mesitas de noche alejaran el dormitorio del clasicismo, y si como colofón vestimos la cama con tonos que den luminosidad y color a la estancia, el resultado merecerá la pena.
La ventaja de los muebles clásicos es que nunca pasan de moda. Por lo tanto cuando os aburráis de ver siempre el mismo dormitorio siempre saldrá más barato cambiar el color de la pared y los cojines que el mobiliario.
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